¿No os pasa que hay veces en las que experimentáis tanto que os gustaría que los demás viesen lo que veis?
Siento que desde la soledad se observan los momentos más bonitos, se aprecian los mejores paisajes o, se ven situaciones que te parecen únicas.
La combinación de una canción, una vista y, cierta hora del día.
De repente te das cuenta de lo afortunado que eres por el simple hecho de poder mirar.
Pero creo que miramos profundamente la vida, y contemplamos de verdad, cuando nos encontramos solos, aislados y únicamente acompañados por nuestra mente. Es ahí cuando sentimos, porque cuando lo compartimos con más gente, no lo sabemos valorar, o por lo menos no lo apreciamos igual. Mi pregunta es: ¿cómo podemos enseñarle al resto el momento que hemos experimentado? ¿Es acaso eso capaz de ser mostrado? ¿o prevalece únicamente en la experiencia de nuestra unicidad?
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