Efímero.

Las gotas caían de sus pétalos, como lagrimas caen de los ojos,

Ojos tristes, risueños, soñadores,

Ojos que ahora lucen dichosos,

Tratando de olvidar ya pasados enojos.

Observaron respetuosamente,

Esperaron tranquilamente,

Se apresuraron a abrir la puerta,

Para percatarse de que ya no tenían paciencia.

Paciencia para contemplar la nada durante más tiempo,

Para espiar aquello que les resultaba violento

Para aguardar en un despiadado desierto,

De escenas obscenas, en busca de un reencuentro.

Estaban cansados, aburridos, fatigados,

Querían ser liberados, de la fealdad a la que se encontraban esposados.

Por mucho que quisieran dormir, el cuerpo no les dejaba su misión nunca podría ser negada,

mientras que la vida continuara,

su tarea sería contemplar el hoy, aguardando al no deseado mañana.

Más por mucho que nunca encontrasen nada bello,

La muerte para ellos fue un encuentro,

Encuentro con la tristeza, soledad y arrepentimiento,

Por dejar que la crítica se hiciera de ellos dueño.

Recordaron hermosas vistas, las cuales no habían sabido apreciar,

Y de ellos se apoderó una culpa la cual más nunca pudieron soltar,

Culpa por haber vivido de la infelicidad,

Por no haber sabido comprender lo que en verdad significaba amar.

Ya era tarde para tratar de borrar

El error que en un pasado les había hecho fallar,

Atormentados por la nostalgia del pasado,

Se desvanecieron los recuerdos y se convirtieron en pecados.